Lago de Alfarofia

Fría sesión de Febrero.

Aunque todavía es pronto para que la naturaleza muestre su esplendor primaveral Angel no ha resistido más la espera y ha organizado una difícil sesión, esta vez el objetivo se encontraba en el Lago de Alfarofia.
Angel nos relata su experiencia:
A la llegada al lago la densa niebla se apoderaba de toda su superficie. Con el silencio de la mañana eran los graznidos de los patos los que mostraran al visitante el emplazamiento único del lugar.
Poco a poco el día fue aclarando gracias a los rayos solares que conseguían calar la niebla, creando un momento especial en el que se fue mostrando la magia que este lago alberga, descubriéndose con saltos de espectaculares ejemplares cerca de los juntos y a pocos metros del puesto de pesca que no hacían más que acrecentar la sensación que encandila a todos aquellos intrépidos pescadores que osan visitar sus orillas.
El día fue pasando sin picada y la puesta de sol llego empezando así el momento clave en la pesca de este lago, en el que según las explicaciones de su gerente las carpas tienen mayor comportamiento noctámbulo. La temperatura empezó a decaer rápidamente haciendo recordar las fechas en que nos encontramos.
En torno a las 6 de la mañana el frió hizo romper mi sueño y recordar que las picadas seguían sin aparecer.
Unas pocas horas mas pasaron hasta que el dueño del lago se acerco al puesto para recibir noticias sobre las posibles capturas que podían haber acaecido durante la noche, el resultado había sido nulo, pero aún quedaba esperanza pues todavía tenía algunas horas por delante.
Terminaron pasando las horas y la sesión irremediablemente vio su fin, las alarmas esta vez no sonaron y las carpas ganaron la batalla, ninguna fue engañada por los montajes en este difícil lugar que sin duda enamora y alberga magníficos ejemplares. 
Sin duda volveré a tentar mi suerte en este lugar tan pronto como saque tiempo para realizar otra sesión.
El día fue pasando sin picada y la puesta de sol llego empezando así el momento clave en la pesca de este lago, en el que según las explicaciones de su gerente las carpas tienen mayor comportamiento noctámbulo. La temperatura empezó a decaer rápidamente haciendo recordar las fechas en que nos encontramos.
En torno a las 6 de la mañana el frió hizo romper mi sueño y recordar que las picadas seguían sin aparecer.
Unas pocas horas mas pasaron hasta que el dueño del lago se acerco al puesto para recibir noticias sobre las posibles capturas que podían haber acaecido durante la noche, el resultado había sido nulo, pero aún quedaba esperanza pues todavía tenía algunas horas por delante.

Terminaron pasando las horas y la sesión irremediablemente vio su fin, las alarmas esta vez no sonaron y las carpas ganaron la batalla, ninguna fue engañada por los montajes en este difícil lugar que sin duda enamora y alberga magníficos ejemplares. 
Sin duda volveré a tentar mi suerte en este lugar tan pronto como saque tiempo para realizar otra sesión.

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